Era una reconocida empresa de tecnología e inteligencia artificial para procesos industriales, pero la pandemia los llevó a fabricar respiradores mecánicos de emergencia sólo con mano de obra nacional. Así se adaptó la empresa chilena PAT para hacer su aporte en medio de la crisis sanitaria.
Usando su experiencia en tecnología e inteligencia artificial, dieron un vuelco en cuanto a los tipos de productos que fabricaban y empezaron a desarrollar cámaras termográficas y ventiladores mecánicos.
“Nosotros nos dedicamos principalmente a desarrollar de forma integral soluciones de tecnología, con el uso de lo que es la robótica y la inteligencia artificial“, dijo Allan Luders, gerente de operaciones de PAT Industrial Solutions. “Consideramos que el progreso, en todo lo que tiene que ver con inteligencia artificial y machine learning en los últimos, yo diría cinco años, ha sido extraordinario”.
Luders indicó que esto se debe a varias razones, por un lado, los algoritmos han mejorado mucho y, por otro lado, el costo del hardware ha bajado en gran medida y se ha hecho más asequible, además de ser mucho más eficiente en términos energía.
“A través de estos algoritmos logramos identificar objetos, muy difíciles de identificar, o también hacer control de calidad. Por ejemplo, hacer control de calidad a uvas, control de calidad a partes de carnes, y cualquier otro objeto que haya que hacerle control de calidad por imágenes”, apuntó.
Entre sus clientes hay varias de las más grandes empresas del país, pero cuando llegó la pandemia decidieron ayudar produciendo cámaras termográficas y ventiladores mecánicos.
“Ahora, ¿por qué ventiladores mecánicos? Porque veíamos que era, de alguna forma, una piedra de tope en el sistema sanitario, porque se requerían mucho estos equipos y el mercado estaba absolutamente saturado. Había una demanda increíble a nivel mundial, y obviamente pensamos que los países grandes, iban a tener obviamente la preferencia, y tener esos equipos en Chile iba a ser muy complejo”, aseveró Luders.
Así que empezaron a fabricar Hope E-Vent, basado en el diseño facilitado por el MIT para la emergencia sanitaria y que con su capacidad tecnológica pudieron poner en marcha.
“Nosotros lo definimos como un ventilador de emergencia, esto significa que no reemplaza completamente a un ventilador de alta gama o de UCI, pero sí tiene varias similitudes y hay varios modos de operación que los hace casi igual que un ventilador UCI”, explicó el gerente de operaciones de PAT. “La gran ventaja que tiene el ventilador nuestro es que cuesta alrededor de diez veces menos que un ventilador de alta gama. Además, es un diseño mucho más sencillo, y mucho más escalable en poco tiempo, que creemos que se adapta mucho mejor a la situación de pandemia que tenemos hoy día, que se requieren muchos ventiladores de manera muy rápida”.
Hope E-Vent obtuvo la certificación de Certemed de la Universidad de Valparaíso y ha realizado pruebas preclínicas en la Facultad de Medicina de la UC. En ambos, han destacado que un operador pueda aprender a usarlo en sólo media hora. Solución de emergencia que lleva a preguntarse ¿cuánto más se podría lograr ampliando la aplicación de las innovaciones tecnológicas?
“Hemos logrado, en algunas aplicaciones, mejores resultados de lo que pueda hacer una persona humana. Por lo cual, esto consideramos que es una revolución en lo que viene en el mundo”, dijo el emprendedor. “Para que Chile realmente pueda ser player importante en todo lo que es innovación en tecnología, en software y hardware, se requieren varios ingredientes“.
Además, hizo algunas recomendaciones para alcanzar estos objetivos que pueden ser útiles en diversas áreas de la economía. “Pedirle a todos los empresarios o particulares que adquieren tecnología, que siempre miren lo que hay localmente porque eso finalmente permite ir desarrollando la industria. En aquellas industrias en las cuales Chile es líder. Por ejemplo, lo que es la minería del cobre, o también lo de la fruta. Y yo creo que ahí, como somos líderes, dominamos ese mercado, debiéramos ser también los líderes en desarrollar las tecnologías para esos mercados, como lo hacen en países como Nueva Zelandia o Australia con la minería“.